¡Sin miedo enfrentamos la corrupción!
El problema
Se le volvió costumbre a nuestro país NORMALIZAR la corrupción, tanto que hoy debemos considerarla como un nuevo deporte nacional. Mientras eso sucede, ésta se profundiza convirtiéndonos en uno de los países más corruptos y poco transparentes del mundo. Según Transparencia por Colombia, para el 2020, Colombia obtuvo una calificación de 39 puntos sobre 100, y ocupa la posición 92 entre 180 países evaluados.
Según datos de la Procuraduría General de la Nación a finales del 2021, desde que comenzó la emergencia sanitaria, van 837 registros con inicio de actuación disciplinaria, que comprenden 417 alcaldías, 26 gobernaciones y 32 concejos municipales, por presuntos hechos de corrupción relacionados con recursos para atender el covid-19.
Asimismo, Transparencia por Colombia en su último informe encontró irregularidades en la contratación pública del covid-19 principalmente en sobrecostos en mercados, abuso de contratación directa, sobrecostos en bienes y servicios diferentes a alimentos y favorecimiento de intereses políticos. Un estudio de la Universidad Externado afirma que estas conductas hacen que el país pierda al año unos 9 billones de pesos (1,6 por ciento del PIB) en recursos.
Es que para contratar con el Estado, los sobornos y las dádivas son el pan de cada día. El 91 por ciento de los empresarios consideran que secretamente se ofrecen dádivas para obtener contratos, y los montos pueden alcanzar en promedio el 17,3 por ciento del valor del contrato. A esto se suma que el 58 por ciento de empresarios afirman que “si no se pagan sobornos, se pierden negocios”.
Este 2021 vimos numeroso casos de corrupción pero ninguno como la pérdida de $70.000 millones de pesos del presupuesto de MinTIC, que dejó a 1.3 millones de niños sin internet y al contrato más grande de dicho ministerio en entredicho.
¿Hacia dónde debemos avanzar?
En concordancia con las recomendaciones del hechas por transparencia internacional en su último informe, lo primero es avanzar hacia un mejor control, evaluación y seguimiento de los instrumentos anticorrupción que existen por parte de ESTADO, evitando que distorsionen su aplicación y uso para fines delictivos. Lo segundo es que más leyes no van a solucionar el problema de corrupción, lo que si lo va a lograr es recuperar la visión de la Ética en la gerencia pública.
¿Cómo lograrlo?
Necesitamos normalizar en el sector público que desde el ministro hasta los cargos asistenciales tenga una cultura organizacional por proteger los recursos públicos. Todos los cargos de una entidad pública deben vigilar y controlar los recursos del Estado. Que se conozca de cada funcionario de una entidad cuáles son sus conflictos de intereses, de que partidos vienen, quien los nombra, por cuales razones, donde han trabajado y a quien le sirven políticamente. Que los funcionarios que manejen recursos pasen los más estrictos controles mediante encuestas de habilidad y mediante polígrafo para decantar cuales son los aptos para manejarlos. Lo tercero es hacer que la justicia funcione para enjuiciar los que hoy han cometido delitos de corrupción y sembrar precedentes de que el que la hace la paga.