Me preocupa el efecto que ha tenido la pandemia del coronavirus en el incremento de la pobreza en el país y en la desigualdad de las oportunidades.

La alta incidencia de la informalidad y el cuentapropismo ha reflejado un riesgo muy importante en el mercado laboral.

El gobierno nacional ha realizado algunos esfuerzos como los giros monetarios del programa ingreso solidario, devolución del IVA, entre otros, sin embargo, muchas de estas medidas han sido insuficientes para evitar la destrucción de nuestro tejido social.

La pérdida de empleos formales no se ha logrado detener y los efectos de la crisis económica y social se podrían revertir, si se hicieran cambios estructurales en reformas que reduzcan la pobreza para hacer menos vulnerables de los ciclos económicos y de las externalidades que puede tener una pandemia.

Pero aún vemos un Congreso de la República inactivo y ausente. Debemos extender la vacunación inmediata en toda la población, se calcula que la dosis puede costar entre 10 a 20 dólares un costo menor para revertir los efectos.

Pero el país no adelantó negociaciones prontas con las farmacéuticas limitando la posibilidad de una inmunización de rebaño para Colombia en el año 2022.

Sin duda esta ausencia de gestión en la adquisición de compra de las vacunas generará muchas muertes y más cierres de emergencia sectorizados o totales para hacerle frente a nuevos picos de pandemia.

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