Cultura ciudadana, convivencia y paz
Durante los últimos años hemos sido testigos de un deterioro en la relación ciudadano – policía, un descredito institucional de nuestra Fuerza Pública, el deterioro de la seguridad territorial en las regiones, una escalada en las violaciones y el irrespeto a los derechos humanos en medio de la protesta social y el aumento de la criminalidad en las principales ciudades del país.
Por estas razones, promoveré dentro del Congreso, tal como lo he hecho durante este primer periodo una reforma estructural a nuestra Policía Nacional que modifique su composición, formación, régimen disciplinario y ascenso.
Esta reforma hará énfasis en derechos humanos, fortalecerá el carácter civil de esta institución y brindará garantías para la protesta social.
De igual forma, continuaré en la tarea de crear una política pública de cultura ciudadana y de cultura de la legalidad que se aplique en todo el país que establezca un marco para que el Estado sea el principal promotor en todo el territorio de una cultura de apego a la ley en donde, tanto ciudadanos como servidores públicos tengan conocimiento de las normas que nos regulan, reconozcan su importancia y las cumplan.
Esta política pública será el vehículo para la erradicación de otros problemas graves de nuestra realidad nacional como lo son el delito, la corrupción, la perturbación de la convivencia, movilidad, etc.
Por último, pese a que son ya varios años desde que arrancó la implementación del Acuerdo de Paz, son muchos los pendientes y hay puntos clave del acuerdo como la reforma rural, sustitución de cultivos de uso ilícito y la reparación de las victimas que llevan un avance muy pobre.
Debido a esto continuaré realizando desde la Cámara de Representantes un seguimiento riguroso a la implementación de los acuerdos y haciendo oposición junto con la sociedad civil a cualquier decisión que se tome desde el Ejecutivo y que pretenda obstaculizar o reversar cualquier elemento de este.
